Paseando un día con mi abuela, se hizo un momento de silencio mientras miraba a su alrededor y de repente exclamó: ¡cuántas caras y ninguna igual!. El comentario me provocó la risa y después llegó la reflexión. No hay dos caras iguales, cierto, pero es que nunca me había parado a pensar en ello, simplemente es algo que se da por hecho y no se piensa, las leyes de la genética...y detrás de cada rostro, dentro de cada cabeza, un pensamiento distinto y un mundo diferente.
Ayer estaba sentada en la sala de espera del ambulatorio y miraba a mi alrededor. Tengo un juego mental, miro una cara y monto una historia, miro unos ojos y deduzco poniendo mucha imaginación, claro, lo que hay detrás. Sin embargo, ayer tenía sentadas a mi lado a dos ancianas que hablaban sin parar y era curioso porque hablaban las dos a la vez con una necesidad imperiosa de comunicar sus dolores, sus rencores, contar sus vidas...sin embargo, ninguna escuchaba a la otra. Una le contaba a la otra que iba al cementerio a limpiar la tumba de su suegra, pero a su padre no se la limpiaba por venganza y es que la habia desheredado por casarse con un albañil, ¡tremendo!. No pasaron ni cinco minutos y ya me habia apuntado a participar en la conversación y me alegro mucho, la verdad, porque hablar con personas que han recorrido mucho más camino en la vida del que llevo recorrido yo, enriquece una barbaridad. Las dos eran cuñadas, Vicenta y Maria Teresa. La espera se me hizo mucho más corta y en una hora me pusieron al día de sus amores, desamores, economía, sufrimientos...pero lo que más me llamó la atención fue su afición por visitar al médico. Hablaban de sus amigas, que si "fulanita" ya ha venido esta mañana y "menganita" vendrá mañana porque la artritis le va peor..., divertidísimo. Cada persona es un mundo y una aventura adentrarse en él, no hay modo de describir a nadie sin conocerle. Y de eso va el tema de hoy,de la misma vida, de los momentos que nos sorprenden cada día, de disfrutar de estas pequeñas cosas que nos pasan en la consulta médica o en una clase, en el trabajo, en el gimnasio...de descubrir otras vidas, de usar la imaginación, de escuchar, de pararse de vez en cuando a respirar, de vivir sintiendo lo vivido, de aprender, de caer y levantarse, de sonreir aunque todo vaya mal para que los demás se pregunten porqué sigues sonriendo...
3 comentarios:
Excelente reflexión sobre la comunicación humana: todos quieren hablar pocos quieren escuchar, si no eres capaz de escuchar estas viajando el la vida sólo.... o como dice un amigo: yo siempre tengo compañía yo y conmigo.
Por otra parte existe una tendencia (o deriva en términos naúticos) hacia el empleo indiscriminado de las atribuciones externas, me explico: lo que me ha pasado malo en la vida es debido a otros.
Buen artículo Lorena.
Gracias por tu comentario Carlos, muy buena la frase final, me gusta. Saludines.
¡Holaaaaaaaaa! gracias Francisco por tu comentario una vez más. Me alegro que te guste. Pensamientos cotidianos que se quedan en nada si no se escriben...a ver si charlamos otro día pero es que ando liada y hace mucho que no entro a la cuenta hotmail. Saludines.
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